Una de las características constantes del empleo precario es el reducido salario frente a las horas de trabajo y el esferzo realizado.

Siguiendo los datos publicados por la Agencia Atributaria, 1,5 millones de jovenes no alcanzaron el salario mínimo interprofesional el pasado 2018; es decir, el 75%. A pesar de la subida del SMI en 2019, 1 de cada 4 jóvenes no alcanza la cuantía mínima. 

En 2021, la precariedad laboral se ha intensificado con la llegada de la pandemia y la crisis a nivel mundia. Debido a ello, según datos de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada,  los jóvenes de 30 a 34 año sufrirán una caida del 26% en su salario, y los de  20 a 26 años lo verán reducido a la mitad.